27 dic 2011

Alegres, inocentes e insensibles

"Why can't you fly now, mother?"
"Because I am grown up, dearest. When people grow up they forget the way."
"Why do they forget the way?"
"Because they are no longer gay and innocent and heartless. It is only the gay and innocent and heartless who can fly."
(Peter Pan, de J.M. Barrie)


Barrie y su perro Porthos

Eso le dice Wendy a su hija Margaret, que cuando creces te olvidas de volar y que sólo los niños pueden hacerlo "mientras sean alegres, inocentes e insensibles". Así es en la versión española menos edulcorada que conozco de Peter Pan, en la que se opta por traducir "heartless" como "insensible", cuando sería más adecuado "cruel" o "despiadado". 

Alegría, inocencia y crueldad, efectivamente, definen la niñez. Sin embargo, la literatura y el cine se olvidan muy a menudo del tercer atributo, la crueldad, en sus representaciones de la infancia. Son los escritores y cineastas británicos quienes mejor han comprendido que el cóctel requiere de ese ingrediente imprescindible. Desde Lewis Carroll y Barrie hasta William Golding y Roald Dahl en literatura, pasando por Alexander Mackendrick (que aunque nacido en Boston podemos considerar escocés a todos los efectos) y Jack Clayton en el cine, la perversa Albión ha generado una rica tradición de historias protagonizadas por inolvidables, alegres, inocentes y crueles criaturas. Mis películas favoritas del "género" son:


"The Innocents" (1961) dirigida por Jack Clayton (en España se tituló "Suspense"). El guión es una adaptación de la versión teatral que William Archibald hizo de la novela corta de Henry James "Otra vuelta de tuerca" y cuenta con "diálogos adicionales" de Truman Capote.



En esta obra maestra del terror gótico, los dos niños angelicales que atormentan con su inocencia a Deborah Kerr son Flora y Miles, interpretados por Pamela Franklin y Martin Stephens.

Flora y su hermano Miles

A la inquietante actriz que hace el papel de Flora la volveremos a encontrar en otra película de la lista, también a las órdenes de Clayton. Su no menos inquietante "hermano" había protagonizado el año anterior otro clásico del cine de terror, "El pueblo de los malditos", todo un catálogo de crueldad infantil (y rubia).




Como decíamos, Pamela Franklin repetiría con Clayton en "Our Mother's House" (1967). Esta película, que en España se tituló "A las nueve, cada noche", la vi en televisión de pequeño y me provocó pesadillas durante años. No conseguí volver a verla hasta hace poco en el canal TCM (que yo sepa no existe edición en DVD). Pues bien, es aún más terrorífica y siniestra de como yo la recordaba. Una Franklin ya adolescente interpreta a Diana, la mayor de siete huérfanos que guardan un secreto que, como decía el cartel de la película, no pueden revelar porque entonces irían al Infierno. Angelitos.




Dejaré que la siguiente película de la lista la presente John Sayles:




Dice Sayles que "Viento en las velas", que es como se tradujo el título en España, es una curiosa mezcla de "Peter Pan" y "El señor de las moscas" (de la que Peter Brook hizo una notable adaptación cinematográfica).

La película de Mackendrick está basada en la novela homónima de Richard Hughes. Anthony Quinn es un pirata llamado Chávez, la víctima de un grupo de niños que viaja de Jamaica a Inglaterra en un barco que Quinn tiene la mala suerte de abordar. Uno de esos niños está interpretado por el luego famoso escritor Martin Amis.

En una de mis secuencias favoritas, los niños juegan en la cubierta con la cabeza del mascarón de proa, sembrando el pánico entre los supersticiosos piratas.

Por último, una película que no es británica sino americana, y quizá por ello más alegre e inocente que cruel. Se trata de "Little Fugitive" (1953), una joya codirigida por los fotógrafos Morris Engel y Ruth Orkin con la ayuda del guionista Ray Ashley (su verdadero nombre era Raymond Abrashkin). 




Interpretada por Richie Andrusco, "Little Fugitive" cuenta la historia de un niño que se pierde en Coney Island huyendo de una broma macabra que le hace su hermano mayor. Se rodó con una cámara portátil especialmente fabricada por Engel que les permitió rodar en medio de la multitud pasando desapercibidos.



François Truffaut reconocería "Little Fugitive" como una de las grandes influencias de la Nouvelle Vague en general y de sus "400 Golpes" en particular.

El pequeño Richie Andrusco no volvió a actuar en ninguna película. La carrera de Pamela Franklin se prolongó hasta los años ochenta y Martin Stephens dejó la interpretación para dedicarse a la arquitectura. 

Crecieron y dejaron de volar, porque todos los niños crecen, menos uno. 

Sólo Peter Pan, alegre e inocente y cruel para siempre ("to die will be an awfully big adventure"), puede volar eternamente.

3 comentarios:

  1. Maravillosa lección de cine y literatura. Qué placer!

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  2. Una precisión: "Heartless" habría que traducirlo como "desalmado" (falto de conciencia). Ser cruel o despiadado implica maldad y los niños, salvo patología, no son malos sino que aún carecen de conciencia.

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  3. Gracias por la precisión, Pablis. De todos modos, es cuestión de matices. De hecho el DRAE, en su segunda acepción, define desalmado como sinónimo de cruel o inhumano. Yo creo que con lo que se contradice la "maldad" infantil es con la inocencia y la alegría combinadas, pero a su vez es esa paradójica mezcla de atributos la que destaca Barrie. Los niños son alegres, inocentes y "heartless" al mismo tiempo. No son malvados porque eso supondría conciencia de serlo, y entonces no serían además inocentes. Como bien apuntas quizá desalmado introduzca ese matiz.

    "Alegres e inocentes y desalmados", pues.

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