El rodaje de esta otra miniatura tuvo lugar en Galicia ("Aviones", por cierto, se rodó en interiores naturales en Barcelona). Mientras "Aviones" fue una obra planificada a pesar de su absoluta sencillez, "Donkey business" es fruto de la improvisación. Y del orujo, todo hay que decirlo.
Estaba disfrutando de unos días de vacaciones en casa de unos amigos y habíamos pasado a visitar a unos familiares suyos. Acabábamos de hacer los honores a la estupenda gastronomía local y habíamos tomado unos orujos para facilitar la digestión. La tía de mis amigos nos ofreció un café y de repente alguien sacó de no sé dónde un burrito mecánico. Yo llevaba mi cámara de fotos digital y empecé a grabar pequeños vídeos del burrito trotando por la mesa camilla. La tía de mis amigos y unas amigas suyas estaban presentes (y de hecho aparecen en la película). A todos nos hacía mucha gracia el burrito y su trotecillo.
Días más tarde, de regreso a mi casa, comencé a editar las imágenes y a dotar de lógica narrativa lo que había grabado en Galicia. Y para mi sorpresa el tono de la historia adquirió tintes trágicos. Al menos todo lo trágico que puede llegar a ser el destino de un burrito mecánico. Como las grandes películas, "Donkey business" se creó en el montaje. Sólo en eso se parece a las grandes películas. En todo lo demás se parece exclusivamente a "Aviones", con la que forma una trilogía incompleta sobre los juguetes de cuerda. O así.
("Donkey business" está dedicada a Consu y Joan, a su tía y a sus amigas, a las que agradezco muy especialmente su presencia en la película)
Es evidente la continuidad con "Aviones", por más que en "Donkey Business" irrumpa la voluntad narrativa del autor. Yo la veo como una historia de amor imposible, muy a la francesa. Una trilogía impresionante, en cualquier caso.
ResponderEliminarM