Robert McGinnis pintó "Ethan" como homenaje a John Wayne tras el fallecimiento del actor. The Greenwich Workshop puso a la venta una tirada de 1.000 copias numeradas y dedicó los beneficios al John Wayne Cancer Institute.
El momento que recoge la ilustración pertenece a "The Searchers" (1956), el western dirigido por John Ford y escrito por Frank S. Nugent a partir de la novela de Alan Le May. Sin embargo, en la película no vemos exactamente el instante elegido por McGinnis.
Ethan, el personaje interpretado por John Wayne, acaba de regresar al rancho de su hermano y ha descubierto que durante su ausencia ha sido arrasado por los comanches. Toda la familia ha sido asesinada salvo las dos sobrinas de Ethan, a las que los indios han raptado. La manta que Ethan sostiene en la mano y la muñeca de trapo que está a sus pies son de la más pequeña de las dos, Debbie.
En la película, Ethan sube al pequeño promontorio donde se encuentra el cementerio familiar alertado por los ladridos del perro de la casa.
McGinnis reproduce con gran fidelidad el círculo de piedras, la lápida a la izquierda, la indumentaria del personaje... Elimina, sin embargo, el perro y una de las características formaciones geológicas de Monument Valley que en la película se ve al fondo a la derecha, sustituyéndola por una línea del horizonte limpia. Esta sutil estilización sirve para dotar del mayor protagonismo a la figura imponente y vertical de Ethan, en la que se centra la composición.
A pesar de las diferencias de encuadre y los pequeños cambios que acabamos de referir, la ilustración se corresponde en gran medida con el plano general en el que vemos a Ethan subir hasta donde se encuentran la manta y la muñeca. Pero en el momento en que se agacha para recoger la manta, Ford corta a un plano corto en donde sólo vemos a Ethan aproximadamente hasta las rodillas.
El plano se queda con el perro a los pies del personaje olisqueando la muñeca de trapo. Sin corte, Ethan vuelve agacharse para recoger esta vez la muñeca, al tiempo que suelta la manta. Nunca vemos la reacción de Ethan, su rostro. Vemos sus pies alejándose de la cámara y la secuencia encadena con un gran plano general del entierro del hermano y la cuñada de Ethan.
McGinnis reproduce, por tanto, con increíbles maestría y delicadeza, algo que está en off en la película. El pudor narrativo que lleva a Ford a elidir el rostro de Ethan encuentra su equivalente en la sobriedad con que McGinnis lo retrata, apenas vislumbrado bajo el ala del sombrero.
"The Searchers" es probablemente la mejor película del tándem Ford/Wayne. Ethan es un personaje inolvidable y no resulta extraño que McGinnis lo eligiera para homenajear al actor tras su muerte. Lo que no es tan predecible es que seleccionara este momento en concreto, tan alejado de la iconografía de héroe sin fisuras que acompañaba a Wayne. No está empuñando un arma (ese revólver enfundado, tan inútil en esas circunstancias), ni mirando desafiante al frente. Está de perfil y tiene la cabeza gacha mientras sujeta una manta. No hay caballos ni épica. Una muñeca de trapo y una lápida. Es un retrato nada convencional del mito, de Duke, el hombre que eligió como epitafio tres palabras en castellano: "Feo, Fuerte y Formal".
McGinnis consigue una obra maestra en su diálogo con otra obra maestra.
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